Taillón Corredor Central - 350 m/MD inf IV/3M
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La pared oeste del Taillón esconde valiosos tesoros, de formas esbeltas y espectaculares que se elevan al cielo del pirineo, y son un magnífico reclamo para cientos y cientos de alpinistas. Sus estrechos corredores, sus verticales goulottes, su hielo cristalino y el increíble entorno que los rodea, hacen de este rincón del pirineo un lugar muy especial y que nos tiene embelesados. Hoy nos hemos acercado hasta el Corredor Central para vivir en primera persona una experiencia inolvidable.
Después de haber descansado unas pocas horas en una pequeña tienda junto al refugio de la Grange de Holle (Gavarnie), a las 4:00h nos levantamos y una vez llegamos al aparcamiento de la estación de esquí de Gavarnie-Gedre, donde dejamos el coche, nos encaminamos pista arriba dirección al Col de Tentes. Hace frío y la nieve se encuentra helada por lo que nos colocamos los crampones para continuar hasta el Collado de Bujaruelo o Col de Bouxaro. Giramos a la izquierda para ascender al plató y dirigirnos al estrecho paso que nos llevará hasta el Glaciar de Gabietos.
Una vez en el Glaciar de Gabietos la vista se nos va irremediablemente hacia la pared oeste del Taillón, donde además del Corredor Central al que nos dirigimos, podemos ver el Corredor de la Izquierda y el Goulotte Quintana. Al parecer no se nos ha adelantado ninguna cordada, lo cual nos alegra, es evidente que madrugar siempre ayuda. Una pendiente de más de 50º nos lleva hasta el muro situado entre el Corredor de la Izquierda y el Corredor Central, donde encontramos un espacio amplio para estar protegidos de posibles caídas de trozos de hielo y resguardados del viento.
Una nueva cordada llega a nuestra altura pero continúan al corredor de la izquierda. Una vez nos pertrechamos con todos los útiles y nos anudamos las cuerdas, salimos en busca de la primera cascada. Una travesía hacia nuestra derecha nos lleva hasta la entrada del corredor, donde en la parte inicial encontramos nieve dura para a continuación llegar hasta la zona helada. Desde donde estamos hasta la primera reunión, hay unos 80 metros, lo que nos obliga a salir los primeros 20 metros en ensamble.
Por seguridad colocamos un primer tornillo y un poco más arriba un segundo, mientras el corredor se va retorciendo hacia la derecha. Hemos colocado algún tornillo más y tras agotar los 60 mts de cuerda, conseguimos llegar a la pared que se encuentra a la derecha de la gran cascada, donde encontramos dos clavos y algunos cordinos, y donde hacemos la segunda reunión. El enclave es perfecto, es una privilegiada atalaya desde donde la cascada se ve muy vertical pero increíblemente hermosa.
El segundo largo es el que le otorga la mayor dificultad a la escalada. Una cascada vertical, en algún tramo a 90º y de unos 25 mts de alto. Descendemos un par de metros hasta el pie de la cascada para comenzar la escalada y tras colocar un primer tornillo un par de metros por encima, clavamos con fuerza los piolets y las puntas de los crampones para tratar de ganar altura. La tensión es evidente y la concentración absoluta, tanto del que sube como del que le asegura.
Colocamos un segundo y un tercer tornillo antes de llegar a la zona media de la cascada (85º). Hacemos una pequeña travesía dirección al muro que tenemos a nuestra izquierda, para a continuación enfrentarnos a la segunda parte de la cascada (90º), donde encontramos un hielo mucho más duro. La tensión se mantiene y el silencio nos permite escuchar cada uno de los golpes de piolet contra el duro hielo.
Aprovechamos las huellas de cordadas anteriores para ir clavando los piolets en ellas, mientras colocamos, uno, dos, tres tornillos más antes de llegar a la parte alta de la cascada. Una vez salimos del hielo y llegamos a la pendiente nevada, que se ve mucho más favorable, nos dirigimos al muro que tenemos a la derecha hasta encontramos con dos parabolts donde instalamos la tercera reunión. Estos parabolts no se ven con facilidad, pero hay que agotar unos 50 metros de cuerda para llegar a ellos. El tercer largo, con sus 40 mts y 50º de inclinación, es de transición y lo recorremos en ensamble. La tercera reunión la hacemos colocando dos friends en la pared que encontramos a la izquierda de una nueva cascada de hielo, no tan larga como la superada hace un momento, pero sí de gran verticalidad (85º).
Una vez salimos de la reunión, una pequeña travesía hacia la derecha nos sitúa bajo la cascada. La pared de hielo parece inexpugnable y después de algún titubeo, colocamos un primer clavo a la altura de la cabeza y clavando fuertemente los piolets en la parte central, atacamos con decisión la cascada. Colocamos un segundo tornillo que entra en su totalidad, mientras dirigimos nuestra ascensión hacía la derecha, siguiendo las huellas de nuestros predecesores. Colocamos dos tornillos más antes de llegar a la parte final de la cascada, de la que salimos a una pendiente de nieve y que ya sin tanta dificultad, nos lleva hasta la ubicación de la cuarta reunión.
La reunión la hacemos utilizando dos clavos y un par de cordinos que hay en la pared de la derecha. Intuimos dos opciones para superar el resalte mixto, por la derecha trepando por unas pequeñas gradas con pocos agarres o por la izquierda ascendiendo por una estrecha chimenea y que al cabo de unos metros gira a la derecha para alcanzar la próxima pendiente de nieve. Esta segunda opción es la que nosotros tomamos y ayudados de los piolets y apoyando con seguridad los crampones, ganamos altura con cierta facilidad, si bien la gran cantidad de piedras sueltas nos hace extremar las precauciones, no vaya a ser que alguna se vaya corredor abajo y pueda impactar con los que nos preceden. Una vez en la pendiente de nieve de 50º/60º continuamos el ascenso hasta llegar al próximo resalte mixto y donde instalamos la quinta reunión.
Superamos otro resalte en mixto, sin gran dificultad, y montamos la sexta reunión. Un nuevo resalte mixto aparece ante nosotros, se trata de un muro de unos dos metros con una brecha vertical en su centro. Una vez apoyamos los pies dentro de la brecha y teniendo en cuenta que solo entramos de lado en ella, fijamos las puntas de los piolets en unas diminutas fisuras que encontramos en el muro, para de esta manera tirar de brazos con el fin de elevar los pies y ganar altura. Con la espalda apoyada contra la pared de la brecha, clavamos los piolets en el hielo que encontramos sobre el resalte para de esta manera, elevarnos por encima de él.
Una vez llegamos a la pendiente nevada, solo nos queda ascender por ella, para conseguir salir del corredor. La pendiente en esta parte final empieza a ser mucho más favorable, si bien todavía conserva un desnivel de 50º/60º, por lo que en esta parte final ascendemos en ensamble. Encontramos algún pequeño resalte de roca, pero nada que ver con los que hemos superado hasta el momento, mientras el corredor se va estrechando y encajonando más y más hasta que conseguimos salir a la arista oeste, a la derecha de la cima del Taillón.
Una inmensa alegría nos invade, la escalada ha sido increíble y volver al Taillón ha vuelto a ser muy especial, por tantos y tantos buenos recuerdos vividos. El sol nos recibe una vez salimos a la arista SW, pero el frío sigue siendo muy intenso y el viento que nos azota gélido, haciendo que la sensación de frío aumente sobremanera. Las nubes han empezado a cubrir el cielo, al tiempo que una densa niebla comienza a ascender desde el valle de Ordesa con la intención de engullir picos como el Perdido, Cilindro, Marboré, Casco, …
Una vez recogemos las cuerdas y las guardamos en las mochilas, comenzamos el descenso de la arista SW hasta llegar a la pendiente expuesta que en travesía a la derecha nos lleva hasta el collado de los Gabietos (2.940 m). Desde aquí volvemos a dirigirnos por la derecha a un nuevo descenso delicado en travesía paralelos a la cara oeste del Tallón. Una vez pasamos por delante del Corredor Quintana y descendemos por una canal donde tenemos que extremar las precauciones, conseguimos llegar hasta el Glaciar de los Gabietos. Pasamos bajo el Corredor Central al que una y otra vez miramos con admiración, así como bajo el Corredor de la Izquierda, cuya escalada la realizamos una semana antes y de la que guardamos un gran recuerdo. Poco a poco nos vamos acercando al resalte por donde abandonaremos el Glaciar de los Gabietos y desde donde vemos entre la niebla la mole del Vignemale y sus numerosas cimas.
El descenso si bien es algo expuesto no ofrece mucha dificultad. Una primera zona de nieve donde una zigzagueante senda se ve con nitidez, consecuencia del paso constante de los muchos alpinistas que durante estos días han querido acercarse a la pared oeste del Taillón, da paso a una travesía hacía nuestra izquierda para llegar a una vira que nos lleva directamente a una pendiente de unos 50º, por la que descendemos hasta el Collado de Bujaruelo o Col de Bouxaro. Dejamos a nuestra izquierda la senda que nos llevaría hasta Bujaruelo y continuamos por la derecha hacía el Col de Tentes, bajo una preciosa luna llena.
A partir de aquí ya solo nos queda descender hasta la altura de los remontes de la estación de esquí, para continuar por las pistas hasta el aparcamiento de la estación, donde horas atrás hemos dejado el coche. Se nos ha hecho de noche y la temperatura de por sí ya muy baja, cae considerablemente y además ha empezado a nevar ligeramente. Apenas nos quitamos las botas y sin perder tiempo nos introducimos en el coche para tratar de entrar en calor, que buena falta nos hace. Además de helados, estamos cansados, a la vez que muy satisfechos por haber escalado el Corredor Central del Taillón, al que siempre le hemos tenido un gran respeto.
Ficha técnica
- Ruta: Taillón Corredor central cara oeste
- Fecha de ascenso:2019-01-19
- Ubicación:Pirineos
- Categorías : Corredor, Crampones, Escalada en hielo, Mixto
- Dificultad:MD-
- Graduación de la escalada en roca:III
- Graduación del corredor:90º
- Graduación de la escalada en hielo:WI4+
- Ruta circular:Sí
- Termina en el punto de salida:Sí
- Tiempo acceso:3h 30min
- Acceso:Desde la estación de esqui de Gavarnie-Gedre
- Tiempo ascenso:4h
- Tiempo descenso:3h
- Características:Recorrido espectacular y de gran belleza, todo un clásico.
- Material:Piolets, crampones, casco, 8 tornillos, juego de friends, cintas, 2 cuerdas de 60 mts
- Condiciones:El corredor se encontraba en perfectas condiciones y las cascadas de hielo perfectamente formadas, si bien la temperatura era muy baja y el viento soplaba con mucha intensidad.
- Época: Invierno, Primavera
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