Bisaurín. Las raquetas para la playa

Escrito por Capra Alpina.
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Este es el relato de una lección que nos dio la montaña, en uno de esos días en los que la inexperiencia y la mala elección de material te puede jugar una mala pasada. Aunque hacia un poco de frio (-10º en Jaca, y qué sé yo en la punta del Bisaurín) el día amanecía soleado y póco nos imaginábamos lo que íbamos a vivir aquel día.

Después de dormir en nuestro habitual "campo base" que suele ser el apartamento de Jaca, nos dirigimos hacia el refugio de Lizara en coche. Ya al llegar al refugio y salir del coche para prepararnos, nos damos cuenta de que el frío que hace no es para andarse con bromas. Hasta tenemos que meternos al coche para preparar la mochila. Pero bueno, estamos recién desayunados y llenos de energía, así que después de taparnos hasta el cogote salimos en dirección al collado de Foratón.

 

En el tramo inicial la mezcla de nieve e hielo hacia difícil la progresión, pero al no haber mucha pendiente avanzamos a buen ritmo. Antes de llegar al collado de Foratón tenemos que afrontar el primer nevero. La huella de días anteriores nos facilita la subida, ya que no tenemos crampones y las raquetas todavía no las tenemos puestas.

En el collado se ve claramente el viento que hace en las cumbres, ya que levanta la nieve, que lo espolvorea en todo el valle. Comemos algo rápido, ya que no se podía estar quieto, y tiramos hacia la cumbre en la gran loma blanca que nos reta con autoridad. En menos de 20 minutos ya estamos en la nieve y decidimos ponernos las raquetas. No por lo que te hundías en la nieve, sino por los pequeños clavos que tienen en la base. La nieve estaba transformada, los días anteriores había hecho mucho calor y este día los clavos se metían lo justo para no resvalarse.

Llevamos bastones que nos ayudan en la progresión, y el hecho de que las raquetas pivoten en la parte delantera no nos hace ni imaginar lo "bien" que íbamos a bajar con ellas. Ya en el último repecho, donde la inclinación se acentúa un poco más, mi compañero se descuelga poco a poco, pero yo tiro para adelante con intención de hacer cumbre.

El viento sopla cada vez con más fuerza, y algunas rachas me obligan a ponerme de rodillas y la cabeza contra la nieve, para protegerme y no me desequilibre. Aún y todo, llego a la cumbre. Las vistas son excepcionales, pero sin pararme un instante empiezo a bajar, ya que a mi compañero no lo veo asomarse por ningún lado.

Los primeros metros de bajada ya me doy cuenta de que las raquetas son una puta mierda para bajar. No es por faltar el respeto a nadie, pero el momento exijía estos adjetivos. Apoyándome en los bastones y haciendo eses, consigo llegar hasta mi compañero. Se encontraba bloqueado, en la rampa con más inclinación de toda la pala y esperándome. No sé si hubiese sido capaz de salir de ahí por sí solo. Le animo, y empezamos a bajar los dos dados de la mano. "Yo le he metido en esta embajada y yo le sacaré" pensé.

Una caída significaba bajar la pala del bisaurín en tiempo record. 500 metros en 20 segundos, y seguramente no lo contaríamos. Poco a poco vamos perdiendo altura y acercándonos al collado. Tardamos bajando bastante más que en la subida, y ya en la parte final de la nieve decidimos quitarnos las raquetas. Ya estoy harto con ellas y pienso que la inclinación no es tan grande.

Nos equivocamos, ya que primero mi compañero se cae y se arrastra unos 5 metros, y luego voy yo por detrás y hago lo mismo pero arrastrándome unos 30 metros. Consigo pararme a duras penas con el bastón. Ya estábamos casi en la esquina donde termina la nieve y en el collado. En una hora más llegamos al coche, y aunque alegres por haber salido de esta, yo por lo menos estaba inquieto por lo que habíamos vivido minutos antes. Lo habíamos pasado mal y se nos metió el miedo hasta los huesos.

Y hoy todavía me entran escalofríos de pensar qué negligencia habíamos hecho, de verdad que una caída y nos íbamos hasta abajo. No me lo imagino cómo nos metimos en esa pala casi congelada sin crampones y piolets. Dicen que en la montaña se aprende. Yo ese día aprendí una buena lección, y es que a la montaña siempre hay que tenerle respeto, y hay que ir con el material adecuado. Y si no se puede subir, la montaña ahí estará para otra vez. Y en lo que a mi me respecta, las raquetas las dejamos para la playa.

Comentarios

1
#1 RE: Bisaurín. Las raquetas para la playa - Pelotari 2013-03-04 21:59:31
O para el frontón!!!

Ficha técnica

  • Ruta: Bisaurin Desde el Refugio de Lizara en invierno
  • Fecha de ascenso:2010
  • Desnivel:1130 m.
  • Ubicación:Pirineos
  • Categorías : Crampones, Raquetas
  • Dificultad:F
  • Graduación del corredor:30º
  • Acceso:Refugio Lizara 1540m.
  • Tiempo ascenso:
  • Material:Raquetas (no recomendado cuando la nieve está dura) o crampones.
  • Época: Invierno, Primavera
  • VER FICHA COMPLETA

Ficha técnica

  • Ruta: Bisaurin Desde Gabardito en invierno
  • Fecha de ascenso:2010
  • Desnivel:1.309 m.
  • Ubicación:Pirineos
  • Categorías : Crampones, Raquetas
  • Dificultad:F
  • Graduación del corredor:30º
  • Acceso:Refugio de Gabardito (1360 m.) 16 km. carretera asfaltada desde Echo.
  • Tiempo ascenso:
  • Características:Recorrido invernal de poca dificultad, pero generalmente con mucho viento en el collado de Foratón y muy codiciado en invierno por el esquiador de montaña.
  • Material:Crampones, piolet y bastones.
  • Condiciones:Esquiabilidad del 100%. Clásico descenso desde su cumbre con el primer tramo expuesto y con la canaleta de cierta inclinación 30º/35º.
  • Época: Invierno, Primavera
  • VER FICHA COMPLETA
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