Balaitús por el Glaciar de las Neous
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Finalizamos el año 2019 con una ascensión al primer tresmil occidental de los Pirineos: El Balaitús. La ruta era conocida para nosotros, pero nunca nos habíamos adentrado en este valle glaciar, la cual combina una actividad completa para quien busca esquí de travesía, escalada invernal y la ascensión a una de las cimas más emblemáticas de la cordillera.
Con la esperanza de que hubiera más nieve y, sobretodo, de mayor calidad, portamos los esquís en la espalda. Este año las nevadas comenzaron muy pronto, pero las altas temperaturas y las sequías habían hecho que el manto nivoso hubiese sufrido un gran retroceso. La nieve era escasa y dura.
Una vez llegamos a Arrens-Marsons, cogimos la carretera D-105 y aparcamos el coche en el parking del “Chalet d'Accueil et d’Information” del Parque Nacional de Pirineos Occidentales de Francia. Un cartel nos indicaba que siguiendo el zigzag del sendero boscoso llegaríamos al lago de Suyen en 30 minutos, a la planicie de Le Labassa en 1 hora y 30 minutos y al refugio de Ledormeur en 2 horas y 15 minutos.
Chalet d'Accueil et d’Information
Remontamos el Gave d’Arrens hasta el lago de Suyen, donde se abría a nuestra derecha un valle que nos conduciría al refugio de Larribet y a la vertiente norte del Balaitús. No nos desviamos de nuestro camino y nos mantuvimos en el mismo sendero, siguiendo el valle hasta la siguiente bifurcación. Otro camino se extendía hacia el oeste de la planicie de Le Labassa, donde un cartel señalizaba el desvío. Remontamos la fuerte pendiente y vislumbramos la cabaña de cemento, perfectamente camuflada en el color grisáceo de la piedra. Llegamos al refugio de Ledormeur justo cuando el sol comenzó a ponerse y la temperatura empezó a descender.
A la salida de la arboleda
Lac de Suyen
En Le Labassa nos desviamos a la derecha
Refugio Ledormeur
Al día siguiente nos despertamos pronto, con la intención de estar dispuestos para las 5 de la mañana. El recorrido era presumiblemente largo e inversamente proporcional a las horas de luz que íbamos a tener. Por tanto, nos apresuramos a salir temprano del refugio, dejando los excedentes de la mochila dentro del mismo.
Nos pusimos por primera vez los esquís, ya que el día anterior los tuvimos que cargar en la espalda. Ladeamos un primer murete para alzarnos sobre una elevación que nos depositó en una explanada que daba inicio a un valle tremendamente hermoso. Nosotros lo bautizamos como el “Valle del Silencio”, por la impresionante quietud que se respiraba entre sus muros. Al fondo, la cresta de Costerillou parecía cortar el paso. Cruzamos el valle en plena oscuridad, optando por no perder altura, ladeando por la vertiente este, por debajo del pico Cristayets, esquivando la vaguada central que parecía conducir un río tapado por el blanco manto nivoso. Ascendimos un par de elevaciones dirección sur hasta darnos de bruces con la mencionada cresta. En este punto, el camino se abrió hacia nuestra derecha; es decir, hacia el oeste.
Hacia el oeste, con el Balaitús al fondo
Primeros rayos de sol
El helado y duro manto nivoso
Optamos, por seguridad, por ponernos los crampones
La poca nieve acumulada los anteriores días hizo que el manto estuviese tremendamente duro. Era difícil progresar y ascender las cuestas con seguridad en semejantes condiciones. El día empezaba a clarear y el sol empezaba a emitir sus primeros rayos tras las montañas del este. Vimos la cima del Balaitús en la lejanía, dándonos cuenta de que aún quedaba la mitad del trayecto para llegar al pie de la cima rocosa. Reconocimos nuestro corredor por una delgada línea vertical que creaba una brecha blanca desde la punta hasta la base. Alrededor también había más canales, los cuales tenían una pinta de lo más interesante (y nos quedamos con las ganas de probarlos). Por lo dura que estaba la nieve y atendiendo a nuestra seguridad, decidimos quitarnos los esquís y equiparnos con los crampones.
Tras otra hora y media más de tortuosa ascensión en un marco incomparablemente bello y solitario, conseguimos cruzar el glaciar del Balaitús, el llamado Glaciar de las Neous, y posarnos sobre la base de la cima somital, donde comenzaba el corredor y nos bloqueaba el avance una rimaya, en partes abierta, mostrando su lúgubre fondo negro. Nos encordamos porque las condiciones no parecían sencillas. Hicimos un par de largos, como explicamos a continuación:
1er largo (35m - 55º): El corredor tiene varios puntos de entrada, pero por las condiciones, nosotros optamos por la que se encontraba más a la izquierda, con un paso estrecho y horizontal hacia la derecha. Hay una cinta a 5 metros de salir del estrechamiento, pero seguimos 10 metros más hasta llegar a la primera reunión y punto de rappel para el descenso.
2. largo (30m - 75º): El paso del “adrelinador” es una chimenea vertical de 8 metros, en nuestro caso cubierta por un verglás estalladizo y, tanto en la entrada como en la salida, llena de nieve sin transformar que hacía que nos deslizáramos peligrosamente hacia abajo. Había un cordino con unos ochos anudados puesto de forma vertical que se ofrecía de ayuda. Por otra parte, después de un par de metros, en el muro de la izquierda, pudimos encontrar un clavo. Tras salir del atolladero, continuamos por la estrecha canal hacia la izquierda, donde encontramos la segunda reunión o punto de rappel para el descenso.
El resto (55º): A partir de aquí, la pendiente se relaja y la dificultad disminuye, por lo que decidimos continuar en ensamble hasta la salida.
Llegando al corredor
El final del corredor en ensamble
El corredor finaliza en la misma cima del Balaitús, lo cuál lo convierte en una actividad de lo más completa y gratificante. Las vistas solitarias desde esta cumbre nada fácil de ascender en invierno son maravillosas, siendo el primer tresmil occidental, elevándose por encima de sus vecinos más cercanos.
El descenso lo realizamos con un primer destrepe delicado hasta el primer punto de rappel. La nieve estaba en unas condiciones de muy poca confianza. Desde aquí, en 4 o 5 rappeles nos volvimos a situar junto con nuestros esquís. El primer descenso fue lo que más disfrutamos con nuestras tablas durante todo el día, porque el resto de la bajada fue una tortuosa penitencia de subsistencia. A pesar de ello, fue un bonito fin de semana para el recuerdo, en un entorno hermoso inundado por la belleza de la soledad y en la plenitud de la naturaleza, además de ser una actividad que aúna varias técnicas de progresión del montañismo invernal, siendo de una dificultad moderada, pero lo suficiente para disfrutar de la satisfacción de la hazaña.
Cima del Balaitús
Ficha técnica
- Ruta: Balaitús Desde el Glaciar de las Neous
- Fecha de ascenso:2019-12-28
- Ubicación:Pirineos
- Categorías : Cara norte, Corredor, Travesía
- Dificultad:AD+
- Graduación del corredor:75º
- Termina en el punto de salida:Sí
- Tiempo acceso:2h 15m al refugio
- Acceso:Desde el "Chalet" donde se ubica el centro de interpretación de Gave d`Arrens.
- Tiempo ascenso:5h a la cima
- Tiempo descenso:3h 30m
- Características:Recorrido por glaciar. Cara norte, donde no le pega el sol en todo el invierno.
- Material:Semáforo de Alien, dos cuerdas gemelas de 30 metros y esquíes.
- Condiciones:Nieve transformada de primavera.
- Época: Invierno, Primavera
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