Lustou 3.023 m - Condiciones extremas
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Las previsiones para el fin de semana no son nada favorables; nos anuncian nieve, mucho viento y temperaturas por debajo de 0º. Argumentos más que suficientes para animar a cualquiera a quedarse en casa al calor de una buena chimenea. No obstante, decidimos seguir con nuestros planes y ultimamos la preparación del material. Nos emplazamos para el día siguiente con la intención de salir muy temprano dirección a Saint Lary.
Un gélido viento nos recibe al tiempo que nos caen los primeros copos de nieve. Una vez llegamos al cruce de Tramezaïgues abandonamos la carretera D-929 que sube al túnel de Bielsa y girando a la izquierda, nos adentramos en el valle de Rioumajou hasta el aparcamiento de la zona de acampada en la confluencia con el valle de Péguère 1.380 m (12 km de St. Lary). La nieve cae con insistencia y el blanco manto lo va cubriendo todo y el termómetro marca una temperatura inferior a 0º. Una vez pertrechados debidamente, nos ajustamos las pesadas mochilas y cruzamos el puente de Frédancon, dando comienzo a nuestra marcha.
La pista nos adentra en un precioso bosque, absolutamente decorado, hasta encontrarnos con un puente de hormigón (1.500 m). Continuamos hasta las cercanías de la Cabaña de Péguère, donde giramos a nuestra izquierda (NNE), ganando altura al borde del Torrente de la Piarre.
El viento aumenta su intensidad y la sensación de frío crece gradualmente. Las montañas que nos rodean se esconden tras un negro manto de nubes, de las que sigue cayendo nieve insistentemente. Salimos del tupido bosque y proseguimos el ascenso por la derecha (E), abandonando el curso del torrente, no sin antes admirar las cascadas del Torrente de la Piarre.
La nieve oculta cualquier rastro de senda y caminamos por intuición. Vamos en busca de la cabaña de Thou, que suponemos esta cerca. Una pronunciada pendiente se eleva a nuestra izquierda y a pesar de alguna duda, decidimos continuar por ella.
Poco a poco vamos ganando altura hasta que de pronto, nos encontramos con una fuente de la que emana un gran chorro de agua. El tiempo ha empeorado, la niebla nos ha envuelto por completo, el viento sopla con muchísima fuerza y lanza la nieve como proyectiles contra nosotros. La cabaña de Thou (1.944 m) emerge ante nuestros ojos como si de un fantasma se tratara. Corremos dentro a resguardarnos del infernal tiempo. Está dividida en dos partes, una primera donde encontramos mesa, chimenea, cocina de gas, así como todos los utensilios para cocinar y una segunda con tres colchones sobre una tarima de madera. La tentación de quedarnos en ella, más teniendo en cuenta lo que nos espera fuera, es grande pero tenemos claro que debemos de continuar. Nos queda poco tiempo de luz.
Cabaña de Thou, foto sacada al día siguiente.
La salida de la cabaña nos devuelve a la realidad, frío, niebla, viento y mucha nieve. Dejamos los últimos pinos silvestres a nuestra izquierda y comenzamos a ganar altura. Cualquier resto de hito o senda está cubierto por el impresionante manto de nieve, que nos dificulta mucho la ascensión. Necesitamos ir abriendo huella, tarea en la que nos vamos turnando. La visibilidad es muy reducida y el avance muy lento.
Son las cinco de la tarde y apenas nos quedan 30 minutos antes de que oscurezca. Ya es hora de pensar en buscar un lugar para montar la tienda de campaña. Estamos a unos 2.550 m. Comenzamos a cavar en la nieve para tratar de aplanar un espacio donde colocar nuestra pequeña tienda. Después de una hora estamos los tres dentro de los sacos intentando mantenernos calientes. La temperatura en el exterior es de -11º y dentro de la tienda tenemos -4º. El viento sopla con mucha fuerza y agita la tienda con mucha virulencia, a la vez que no deja de nevar.
Alrededor de las 8 de la tarde intentamos preparar algo caliente para cenar, pero el hornillo no es capaz de conseguir que el agua hierva. Al cabo de una hora estamos comiendo un arroz cocido más que hervido, pero está caliente y eso es de agradecer. De vuelta al saco, nos acurrucamos e intentamos acomodarnos para pasar una larga y fría noche.
Una vez amanece nos mantenemos embutidos en el saco, nadie se atreve a salir de él. La tienda está totalmente helada por dentro, a la vez que el viento ha acumulado una capa de unos 20/30 cm de nieve en el exterior. Mierda, hasta la cámara de fotos se me ha helada. Después de una hora comenzamos a salir perezosamente de la tienda y antes de ponernos en marcha, ingerimos un poco de arroz con leche caliente.
A pesar de que el frío sigue siendo intenso, ha dejado de nevar, el cielo se encuentra muy nublado y el viento sigue soplando con intensidad. Hoy parece que tampoco veremos el sol. Atacamos la pendiente que se dirige al Collado de Lustou y pronto entramos en calor. Nos hemos colocado los crampones a pesar de que la nieve acumulada nos obliga a tener que abrir huella, haciendo muy difícil ganar altura. Después de más de una hora de dura ascensión conseguimos llegar al Col de Lustou (2.649 m).
El viento sopla con muchísima fuerza y el frío sigue siendo intenso. La cresta que sin nieve apenas ofrece dificultad, presenta un aspecto un tanto siniestro. El hielo ha sustituido a la nieve blanda, a pesar de que esta se mantiene acumulada en ventisqueros y cornisas.
Poco a poco vamos superando pequeños resaltes helados que jalonan la cresta y nos van acercando a la cima de Lustou. Caminamos por encima de la barrera de los 2.900 m y un altivo resalte se interpone en nuestro camino. Este no parece que se vaya a dejar superar tan fácilmente. Lo intentamos por la derecha pero no parece el sitio más adecuado. Lo intentamos por la izquierda pero debemos retroceder, cualquier error nos conduciría inexorablemente hasta el fondo del valle de Azet. Lo volvemos a intentar escalando directamente pero una vez en el filo, nos damos cuenta que es muy inestable, aéreo, además de muy fino y las condiciones no son nada favorables para transitar por él. Lo intentamos una y otra vez pero siempre nos rechaza. No lo vemos nada claro y no estamos dispuestos a correr riesgos innecesarios, por lo que en este punto decidimos dejar la escalada.
Renunciar nunca resulta fácil pero entendemos que en estas condiciones es lo más sensato que podemos hacer. Las sensaciones que tenemos son contradictorias, nos hubiera gustado llegar hasta la cima, pero creemos ha sido la decisión más acertada. Según vamos descendiendo vemos por primera vez el sol, que parece intentar hacerse un hueco entre las nubes.
Hasta el punto que de forma inesperada y repentina, desaparecen las negras nubes que han cubierto el cielo los dos últimos días. La manera perfecta de terminar esta increíble aventura.
Ficha técnica
- Ruta: Lustou Invernal, desde la zona de acampada del valle de Rioumajou
- Desnivel:1.643 m
- Ubicación:Pirineos
- Categorías : Crampones, Subida a pie
- Dificultad:PD+
- Termina en el punto de salida:Sí
- Tiempo acceso:5h primer día + 3h segundo día
- Tiempo ascenso:11:00 h
- Tiempo descenso:3:00 h
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