Piz Bernina por Biancograt (día 1)
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En octubre de 2016, queriendo aprovechar cinco días que teníamos festivos, decidimos viajar a la montaña. Pero una semana antes de coger el billete de avión, nos encontrábamos dubitativos. Mirábamos el tiempo de posibles destinos y el coste del trayecto. Nada resultaba lo suficientemente concluyente. Al final, a dos días de empezar nuestros días vacacionales, Beñat me dijo que salía un vuelo bastante barato a Milán, donde podíamos alquilar un coche y conducir hasta Postresina, lugar donde se encuentra un cuatro mil alejado del resto de colosos alpinos. Y de esta manera empezó nuestra odisea.
LA CASITA DE MADERA
5 de octubre:
Llegamos al aeropuerto de Milán con la mochila llena de ilusión por realizar una de las crestas más largas y bonitas de los Alpes, la llamada Biancograt (arista blanca), culminándola en la majestuosa cima del Piz Bernina, el cuatro mil más oriental de la cadena montañosa.
En el momento en que pisamos tierra, no podemos perder tiempo en coger nuestro coche de alquiler. Tenemos por delante casi cuatro horas de carretera. Nuestra intención es llegar para el mediodía a Pontresina (Suiza), pero enseguida nos damos cuenta de que el tráfico y la necesidad de comprar víveres para los días en altura van a retrasar nuestra llegada.
A las 16.30 nos acercamos al cantón de los Grisones, cruzando la frontera con Italia. Pontresina es una localidad pequeña, pero masificada en época de nevadas, por lo que todos los parkings cercanos al punto de salida son de pago. Damos una primera vuelta buscando un sitio libre para dejar el coche más de un día, pero desistimos, y decidimos meter algo de dinero, teniendo que calcular un poco al tuntún la hora en el que llegaremos de vuelva a nuestro transporte privado. En el momento en el que sacamos el ticket nos imponemos un límite de 48 horas para estar de vuelta.
Para cuando estamos listos, ya son casi las 17.30 de la tarde. Bastante tarde para salir al monte, teniendo cuenta, además, que el vuelo y el viaje en coche han dejado mella en nuestras fuerzas.
El punto de salida es la estación de tren de Pontresina, por el valle dirección sur, hacia el Hotel Restaurante Roseg Gletscher. Varios caminos salen por el mismo punto, pero terminan confluyendo en el mismo sendero, entre praderas verdes como si fuesen cortadas adrede para agradar la vista al senderista. Según vamos caminando, los árboles van desapareciendo, dejando paso a largas explanadas aluviales guiadas por el río. Pasamos el hotel casi a las 19 de la noche, cuando el sol empieza a apagarse detrás de las montañas.
Enseguida torcemos a la izquierda, por encima del flanco izquierdo de la primera morrena. Al fondo del valle contemplamos las luces de otro refugio, pero esa luz no es nuestro objetivo esta vez. Remontamos una pala cada vez más rocosa y tras una hora (y ya en completa oscuridad) nos damos de bruces con el refugio de Tschierva.
El edificio era de una gran estructura metálica, con una enorme cristalera que abría al comedor las vistas hacia todo el valle exterior. La puerta estaba cerrada. Empezamos a buscar algún resquicio que diese a una habitación habilitada para pernoctar en invierno y al flanquear el refugio nos encontramos una casita de madera con dos puertas visibles y luces en su interior. Enseguida asomaron hacia el exterior al oír nuestra conversación. La luz nos alumbrada de frente y las dos personas que distinguíamos sólo las podíamos intuir por su silueta. Subimos unas escaleras y nos acercamos a ellos, rompiendo su sorpresa con un saludo.
Eran padre e hijo y cada uno se había apoderado de una habitación del refugio. A mí me pareció raro que lo hicieran, pero enseguida me di cuenta de que cada habitáculo de madera disponía de una única cama de 80 centímetros. Me apuré al pensar que no habría sitio para nosotros, pero con suma amabilidad nos transmitieron algo que no entendí muy bien, deduciendo entre el esbozo de cosas que llegué a comprender que en la parte de atrás de la casita de madera habría otra habitación. Mientras nos estaban explicando esto, señalaban y alzaban constantemente los piolets. Cuando rodeamos la casa y llegamos a la puerta nos dimos cuenta de porqué lo hacían… ¡La puerta estaba bloqueada por una madera encajada en el canto de la puerta mediante clavos y ellos habían roto la madera de la segunda habitación mediante pioletazos! La situación era la siguiente: El guarda del refugio había dejado una única cama libre para pernoctar, en una casa de madera que disponía de tres habitaciones, pero resultaba gracioso que hubiese un enorme repositorio de mantas apiladas sobre un estante.
Primero empezamos a hacer palanca. Continuamos con unos discretos golpecitos contra la madera. Pero aquello no cedía y terminamos a pioletazo limpio, medio desesperados, aguantando el frío y con ganas de resguardarnos. Padre e hijo nos ayudaban con sus respectivos piolets. Entre todos hacíamos de vez en cuando palanca por si terminaba cediendo. Y tras más de media hora de arduo trabajo, la puerta se desbloqueó y la habitación nos extendió los brazos para que sintiéramos su sentido abrazo. Aquello tampoco era ninguna suite nupcial, debíamos de dormir los dos en la misma cama de 80 centímetros, uno de ellos encajado en el hueco de la pared. Menos mal que la madera, la cantidad ingente de mantas y la velita romántica que había en una estantería daban un toque de calidez a nuestro aposento.
Ficha técnica
- Ruta: Piz Bernina Biancograt
- Fecha de ascenso:2016-10-05
- Longitud:36000 m.
- Desnivel:2272 m.
- Ubicación:Alpes
- Categorías : Arista, Crampones, Escalada clásica, Mixto
- Dificultad:AD+ (Pasos mixtos (nieve, hielo y roca) y experiencia en navegación en terreno caótico)
- Graduación de la escalada en roca:IV
- Graduación del corredor:50º
- Graduación de la escalada mixta:M1
- Graduación de la escalada en hielo:WI1
- Ruta circular:Sí
- Termina en el punto de salida:Sí
- Acceso:Siguiendo el camino de Pontresina a Samedan.
- Tiempo ascenso:3 días
- Características:Primer tramo: mixto con roca, hielo y nieve. Segunda parte: un filo empinado de nieve. Tercera parte: cresta aérea y mixta.
- Material:Cuerda de 60 metros, crampones, un piolet, semaforo de aliens, bagas, fisureros, dos tornillos de hielo y casco.
- Condiciones:Sin que la arista se haya cargado de nieve.
- Época: Verano, Otoño, Primavera
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